La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y el único que presenta la capacidad de regenerarse. Puede deshacerse de las células desvitalizadas y sustituirlas por otras nuevas, dando lugar a nuevas capas de piel. En nuestra clínica podológica en Madrid hemos tenido que tratar gran cantidad de casos de hiperqueratosis, también conocidos como callosidades. Una cuestión que no surge en cualquier punto de nuestra anatomía, de aparecer lo hará en las manos o en los pies. El motivo es que en estas áreas se dan unas características específicas que no se dan en el resto del cuerpo.

Cuando aparecen estas callosidades es porque en la zona se está produciendo una presión o carga superior a la normal. Nuestro cuerpo desarrolla estas malformaciones como mecanismo de defensa. Acumula capas de tejido desvitalizado para evitar que la lesión vaya a más, pudiendo dar lugar a una úlcera u otro tipo de heridas. Sin embargo, en algunas ocasiones esta sobrecarga de tejidos puede dar lugar a los conocidos “ojos de pollo”, aunque su nombre correcto es heloma. La piel se gira hacia el interior y provoca un dolor agudo, similar al de tener algo clavado en la zona.

En realidad estas lesiones tienen forma de cono, con una base amplia en la superficie de la piel que se va estrechando hasta acabar en punta. Al contrario de lo que se suele pensar, no tienen raíz y su eliminación es muy sencilla. Lo único que tendrás que hacer es visitar al podólogo que podrá retirarlo con una sencilla intervención. Uno de los mayores problemas que presentan es que, con el tiempo, suelen volver a salir.

Tiene una explicación muy sencilla, esto es así porque la presión a la que se somete a la zona continúa en el tiempo, haciendo que la lesión resurja de nuevo. En Clínica PodoSalud sabemos que, con frecuencia, suelen reaparecer a los pocos meses. Sin embargo, si surgen de nuevo rápidamente, el podólogo deberá buscar los motivos que lo provocan y buscar el tratamiento más adecuado para eliminarlos de una vez por todas.