Existe un problema de los pies en verano por el que muchas personas acuden al podólogo. ¿Te imaginas cuál es?
No, no se trata de una patología sino de un hábito que perdemos durante el resto del año: descuidar nuestro principal sustento corporal, los pies.
El principal problema de los pies en verano
Con la llegada del calor, solemos pasar más tiempo descalzos o con sandalias y chanclas que dejan a la vista problemas que quizá no sabíamos que teníamos.
Nuestra consulta se llena de afecciones comunes, de fácil tratamiento, y de otras que requieren intervenciones mayores. Este puede ser el caso de la cirugía de dedo en garra, la cirugía deportiva o la cirugía de juanetes en Madrid, donde nos encontramos.
Sin embargo, también existen algunas patologías que derivan directamente de la subida de temperaturas y nuestros malos hábitos.
Patologías podales típicas del verano
Hay cuatro patologías muy típicas de esta estación del año, aunque es posible que ya las tuviéramos y no lo supiéramos por el uso de calzado cerrado.
Para todas ellas existen soluciones: preventivas o correctivas, pero lo más importante es siempre hacer una buena profilaxis y preparar tus pies para el verano.
- Rozaduras y ampollas: son heridas superficiales derivadas del rozamiento continuado con el calzado. Para prevenirlas, puedes aplicar un stick antifricción o, si es posible, cambiar de calzado. Si ya han aparecido, utiliza apósitos especiales y acude a consulta si su estado empeora.
- Talones agrietados: se producen por falta de hidratación. Esto hace que esté tan seca y dura, que termine por desprenderse y aparezcan grietas. Sangrado y dolor serán síntomas que aparecerán en los estadios más graves.
- Pie de atleta: es una infección por hongos que suele comenzar entre los dedos de los pies. Es contagioso, especialmente en ambientes cálidos y húmedos, es decir: piscinas, toallas, ropa mojada… Afecta a quienes les suda mucho el pie y se trata con medicamentos antifúngicos.
- Verruga plantar o papiloma: esta infección producida por el papilomavirus es similar al pie de atleta y se adquiere en los mismos entornos, por lo que es un problema de los pies en verano muy habitual.
- Onicomicosis: es el conocido hongo que afecta a la uña, a la placa ungueal. Este hongo, llamado dermatofito, puede afectar también a la piel y al cabello. Lo detectamos fácilmente porque presenta cambios de color en la uña, hiperqueratosis, engrosamiento, aspecto quebradizo…
¿Cómo prevenir estos problemas?
Hay do maneras principales de evitar que estas patologías afecten a nuestros pies. Si a pesar de ello experimentas dolores o molestias, debes acudir a consulta.
- Utilizar el calzado adecuado: elige modelos transpirables que aíslen tus pies del calor y evacúen el sudor
- Elegir los calcetines adecuados: para evitar rozaduras, los calcetines deben ajustarse bien, permitir la transpiración, tener un secado rápido para que el pie no esté húmedo y contar con un buen acolchado.
Efectivamente, la mejor manera de cuidar nuestros pies es evitando el exceso de sudoración y, en consecuencia, de humedad. Por supuesto, acudir a consulta ante cualquier duda o molestia es básico también.
Los problemas de los pies en verano más habituales se producen por fricción, sudor y una mala elección del calzado. Piensa que tus pies sostienen todo tu cuerpo, por lo que cambiando estos pequeños detalles, tu salud mejorará notablemente.