
La piel atrófica requiere un enfoque específico que asegure una hidratación profunda sin comprometer la integridad cutánea. Las cremas con urea al 20% son clave para mejorar la función barrera de la piel, reducir la sequedad extrema y evitar complicaciones como grietas o infecciones.
Hoy queremos analizar cómo, cuándo y por qué utilizar una de estas cremas en pieles con atrofia.
¿Qué es la piel atrófica y por qué requiere un abordaje específico?
Es un tipo de piel que se caracteriza por su delgadez, fragilidad y tendencia a la descamación. Su origen es diverso: envejecimiento fisiológico, enfermedades crónicas, tratamientos tópicos prolongados, trastornos circulatorios, desnutrición o alteraciones hormonales.
La piel atrófica suele presentar:
- Disminución del grosor dérmico y epidérmico
- Pérdida de elasticidad y capacidad de retención de agua
- Reducción de la producción de lípidos
- Mayor probabilidad de microtraumatismos
Al perder su función barrera, la piel queda especialmente vulnerable y la hidratación convencional suele ser insuficiente. Se necesita una fórmula que actúe como humectante y como moduladora de la queratinización. Y aquí es donde entra el ingrediente del que te hablamos hoy.
Cremas con urea al 20%, un activo versátil
La urea es un componente natural del Factor de Hidratación Natural (NMF) de la piel. Cuando se formula en concentraciones del 10-20% tiene doble acción terapéutica:
- Humectante osmóticamente activo: capta y retiene el agua en la capa córnea. Restaura la hidratación sin producir oclusión.
- Queratolítico moderado: en concentraciones del 20%, ayuda a disolver la cohesión entre los corneocitos, facilitando la eliminación de escamas y mejorando la textura de la piel.
La principal diferencia con otros ingredientes es que la urea no solo hidrata, sino que mejora la fisiología cutánea. Esto significa que favorece la renovación epidérmica de manera controlada.
Indicaciones clínicas
Las cremas con urea al 20% están especialmente indicada en los siguientes casos:
- Pieles atróficas: sobre todo para la extremidades inferiores con tendencia a xerosis marcada y pérdida de elasticidad.
- Diabetes mellitus: los pacientes diabéticos suelen presentar hiperqueratosis y piel atrófica, especialmente en los pies.
- Dermatosis crónicas: como ictiosis, psoriasis o eccema asteatósico.
- Tras tratamientos dermatológicos agresivos: como peelings químicos, retinoides o láser.
- Para prevenir úlceras en pieles frágiles: en pacientes encamados, en residencias o con movilidad reducida.
También suele recomendarse el uso de estas cremas en protocolos pre y postoperatorios de pacientes que se someten a intervenciones podológicas, como puede ser una operación de juanetes en Madrid, donde la piel suele presentar deshidratación y riesgo de grietas.
Preparar la piel de manera adecuada favorece la recuperación de la función y reduce las complicaciones quirúrgicas.
No todas las pieles necesitan urea al 20%
No todas las pieles que presentan sequedad necesitan concentraciones medias de urea. Para las pieles jóvenes, sin atrofia ni descamación, o aquellas con xerosis estacional, es más adecuada una fórmula al 5-10%.
La urea al 20% es innecesaria y puede incluso irritar en algunos casos. Su utilización debe estar pautada por un profesional, siempre de manera individualizada y según las necesidades del paciente.
En Podosalud te podemos ayudar con una pauta personalizada que incorpore las cremas con urea al 20% como parte de un abordaje completo, preventivo y sostenible del envejecimiento cutáneo o las patologías crónicas.