Las callosidades o callos son una respuesta del cuerpo frente a un exceso de fricción o presión en ciertas zonas de los pies.
No debemos confundirlas con los juanetes, que son protuberancias óseas que pueden provocar callos. Los juanetes son huesos que salen de su lugar y se tratan en nuestra clínica mediante cirugía de juanetes en Madrid.
¿Las callosidades son piel?
Esta patología, que también se confunde muy a menudo con los papilomas, la presentan tres de cada diez personas. Efectivamente se trata de un engrosamiento de la zona más externa de la piel por acumulación de células muertas.
Sin embargo, aunque solemos llamar “callos” a todo tipo de lesiones duras que aparecen en los pies, es importante distinguir entre:
Dureza o hiperqueratosis profunda
- Es una alteración de la piel extensa caracterizada por bordes sin definir y color amarillento a causa de la queratina acumulada
- Aparecen en las capas más superficiales de la piel y no suelen presentar dolor
Heloma o hiperqueratosis localizada
- Es una lesión más profunda y definida
- Puede causar molestia con el roce y al caminar
- Muchos helomas están cubiertos por durezas
- Dentro de los helomas hay varios tipos: heloma o clavo plantar, ojo de pollo o heloma interdigital, heloma dorsal y heloma de fondo de saco
Las 5 causas por las que se producen
Las callosidades suelen provenir de:
- Falta de hidratación: además de callos puede provocar talones secos o agrietados. La hidratación es clave para la salud de los pies.
- Calzado inadecuado: los zapatos y zapatillas de punta estrecha oprimen los dedos propiciando la aparición de callosidades.
- Mala pisada: si nuestro peso no se reparte de forma correcta, estaremos ejerciendo mayor presión en ciertas zonas. Esto se soluciona mediante un estudio biomecánico de la pisada.
- Calcetines mal ajustados: unos calcetines que no se ajustan correctamente aumentan el roce, provocando así los callos.
- Otras patologías: como los juanetes o los dedos en garra.
¿Cuál es su tratamiento?
Debe ser el podólogo/a quien determine cuál es el tratamiento adecuado en cada caso, pero los más habituales son:
- Callicidas: no deben aplicarse nunca en casa, debe hacerlo siempre un profesional de la podología. Estos productos químicos, sin supervisión, pueden provocarnos quemaduras y heridas.
- Quiropodia: la deslaminación y la enucleación del heloma son algunas de las técnicas que nos permiten eliminar las callosidades. La quiropodia trata además las uñas para prevenir y tratar molestias.
- Estudio biomecánico de la pisada: gracias a este estudio fabricaremos unas plantillas a medida que equilibren la presión que ejercemos sobre nuestros pies.
- Recomendaciones profesionales: respecto al calzado adecuado, deformidades, diabetes, mala circulación, etc.
En cuanto a la cirugía, lo normal es que las callosidades no necesiten intervención quirúrgica. No obstante, será el profesional quien determine el tratamiento adecuado.
Si notas durezas en tus pies, molestias o dolor, no dudes en pedir cita en nuestra clínica.