tendinitis tibial posterior

La tendinitis tibial posterior puede causar dolor intenso, inflamación y dificultad para caminar. En el artículo de hoy exploramos los métodos más habituales para inmovilizar esta zona.

El objetivo de estas técnicas es reducir la carga sobre el tendón y facilitar así su recuperación. En nuestra clínica del pie en Madrid combinamos podología con fisioterapia para ofrecer una atención integral que solucione todas aquellas afecciones que presentes.

 

¿Qué es la tendinitis tibial posterior?

Es la inflamación del tendón tibial posterior, que conecta el músculo tibial posterior con los huesos del pie y es esencial para caminar y correr.

La afección aparece cuando existe sobrecarga, uso excesivo o debilidad en la musculatura del pie y el tobillo. Se manifiesta con hinchazón, dolor en la parte interna del tobillo y, en los casos más severos, colapso del arco plantar.

Sus consecuencias funcionales pueden ser graves si no la tratamos de manera adecuada.

 

Terapias de inmovilización para la tendinitis tibial posterior

Para favorecer la recuperación del tendón y reducir la carga sobre él, estas son las 5 técnicas de inmovilización más comunes:

1.- Bota ortopédica

  • Es un método rígido que restringe el movimiento del pie casi por completo.
  • Reduce de manera significativa la tensión sobre el tendón, por lo que es muy útil en casos graves.
  • Su uso prolongado puede causar debilidad muscular, por lo que debe utilizarse bajo supervisión médica.

2.- Ortesis de tobillo-pie

  • Es un dispositivo rígido pero que permite mayor funcionalidad que la bota.
  • Se utiliza en casos moderados o cuando se combina el descanso del tendón con cierta movilidad controlada.
  • Es un método cómodo para el paciente y permite realizar algunas actividades sin agravar la lesión.

3.- Vendaje funcional

  • Es una técnica menos restrictiva que otras, pero una buena opción para lesiones leves o en fase de rehabilitación.
  • Estabiliza pie y tobillo mediante cintas adhesivas y debe realizarla un profesional.

4.- Yeso

  • Es el método estándar para los casos graves, pues bloquea cualquier movimiento que pueda empeorar la lesión.
  • Es muy útil en las etapas iniciales cuando el dolor y la inflamación son máximos.
  • Requiere supervisión pues, al limitar por completo la funcionalidad del pie, puede aumentar el riesgo de atrofia muscular si se usa durante largos periodos.

5.- Bota neumática

  • También conocida como air cast es una opción que incorpora cámaras de aire ajustables que proporcionan estabilización y compresión de manera personalizada.
  • Es un método cómodo, ligero, puede ajustarse a los cambios de la inflamación y es muy útil en lesiones moderadas o etapas de recuperación.
  • No ofrece el mismo nivel de inmovilización que el yeso o las botas rígidas, por lo que no es aconsejable en lesiones severas.

La inmovilización es una parte esencial del tratamiento de la tendinitis tibial posterior, pero es importante combinarla con fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento y, en algunos casos, antiinflamatorios o intervención quirúrgica.