
El calzado ortopédico en la artritis reumatoide puede ser un gran aliado, ayudando a mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
En nuestra clínica somos especialistas en la operación de juanetes en Madrid, una de las principales consecuencias de la artritis. Por ello hemos querido contarte hoy cómo podemos aliviar el dolor derivado gracias al uso de calzado especializado.
¿Cómo ayuda el calzado ortopédico a la artritis reumatoide?
La AR es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a las articulaciones. Provoca dolor, rigidez y deformidad, por lo que dificulta la movilidad de los pacientes que la padecen, afectando a la realización de actividades diarias.
El calzado ortopédico está diseñado para reducir la carga en las articulaciones y mejorar la estabilidad, disminuyendo así el dolor.
Entre los beneficios de uso encontramos:
- Mejora de la funcionalidad: este tipo de zapatos distribuye la presión en los pies de manera equilibrada y específica, permitiendo a la persona caminar con mayor comodidad y menor riesgo de lesiones.
- Alivio del dolor: si incorporamos plantillas personalizadas y suelas acolchadas, reduciremos significativamente el dolor articular de estos pacientes.
- Prevención de deformidades: hay calzado que ayuda a minimizar la progresión de deformidades comunes como los juanetes y los dedos en martillo.
Esto es lo que debes saber antes de adquirir tu calzado ortopédico
Antes de comprar calzado ortopédico para la artritis por tu cuenta, te recomendamos:
- Consultar con un especialista en podología o reumatología para que te asesore respecto al calzado adecuado.
- Incorporar plantillas hechas a medida, pues ofrecen mejores resultados que las estándar que podemos adquirir en cualquier tienda.
- Hacer un uso continuado y regular del calzado para potenciar los beneficios clínicos, siempre que así lo indique el podólogo.
El calzado ortopédico debe cumplir con ciertos requisitos:
- Suela flexible pero resistente: es importante que los zapatos faciliten el movimiento natural del pie al caminar, pero absorbiendo los impactos que se producen.
- Espacio amplio en la punta: se trata de reducir la presión sobre los dedos y evitar rozaduras.
- Plantillas personalizadas y materiales acolchados: es importante que las plantillas sean cómodas, minimicen la carga sobre las articulaciones y ayuden a redistribuir la presión según lo necesite el paciente.
¿Qué dicen los estudios?
- Un ensayo clínico publicado en Arthritis Care & Research evaluó el uso de calzado ortopédico personalizado en 100 pacientes con AR durante un año. Los resultados mostraron una reducción del dolor en un 40% y una mejora del equilibrio en un 30%. Los participantes también reportaron mayor satisfacción en actividades diarias
- Otro estudio analizó el impacto del calzado ortopédico en deformidades estructurales durante 18 meses. Los hallazgos revelaron que el uso constante ayudó a prevenir el deterioro de las articulaciones metatarsofalángicas, comunes en la AR avanzada.
Por lo tanto, el calzado ortopédico ayuda a la artritis reumatoide de manera significativa, por lo que si su uso está recomendado por el podólogo puede ser una gran aliado en el alivio del dolor.