No cabe duda de que el senderismo es una práctica de lo más saludable: ejercicio, aire fresco, relajación y la satisfacción de descubrir lugares. No obstante, no podemos olvidarnos de que al caminar kilómetros sobre terrenos a menudo irregulares también estamos sometiendo a nuestros pies a un importante esfuerzo, que a veces puede traducirse en problemas, más aún cuando no estamos muy habituados. Por eso nunca está de más tener en cuenta unas pequeñas recomendaciones antes de emprender la ruta como las que te puede ofrecer tu clínica podológica en Madrid.
No descuides los calcetines
Todos pensamos en la importancia de un buen calzado, pero muy pocas veces se repara en elegir un calcetín apropiado. Y sin embargo, es una decisión que puede ahorrarte muchas molestias. Existen calcetines fabricados específicamente para senderismo, pero en cualquier caso procura llevar unos que tengan las mínimas costuras posibles, que sean transpirables, que queden bien ajustados al pie –sin formación de pliegues ni deslizamientos al andar– y que protejan toda la superficie que cubra tu calzado. Así también prevendrás rozaduras, ampollas y otros daños.
Precaución al estrenar las botas
Si piensas en empezar o retomar tras una temporada la buena costumbre de ir de ruta, quizás tu primer paso sea buscar un calzado de calidad para caminar. Y es un buen paso, pero el siguiente no puede ser lanzarte a la aventura sin más. Estrena tus botas poco a poco, en paseos cortos y asequibles, para ir amoldándolas a tu pie, asegurándote de que te resulten totalmente adecuadas y evitando las previsibles llagas que puede producir un uso prolongado recién estrenadas.
¿Y qué botas?
Si vas a andar por senderos con un mínimo de inclinación e irregularidad, es recomendable apostar por el formato bota, que protege mejor tu tobillo. En la medida de lo posible, también conviene asegurarse de que ofrezcan una buena transpiración y tengan refuerzos en la punta y el talón. Y por supuesto, en zonas lluviosas siempre merece la pena hacerse con un calzado con impermeabilidad certificada: importante para la durabilidad del calzado, para tu comodidad y sobre todo para la salud de tu pie. Además, desde Clínica Podosalud queremos incidir en la importancia de fijarse en la suela: lo ideal es que posea un buen agarre y que sea cómoda al pisar, ni muy dura ni muy blanda.