pies dormidos

¿Has notado alguna vez o con frecuencia hormigueo en los pies, adormecimiento o un pequeño cosquilleo en la planta? Es lo que se conoce popularmente como pies dormidos. Pero, ¿por qué ocurre? ¿Cuáles son sus causas? ¿Es grave? Vamos a tratar de explicártelo de una manera detallada en este nuevo post de nuestro blog.

En Clínica Podosalud somos expertos en la salud de los pies. Nos preocupamos porque disfrutes de unas extremidades sanas y sin inconvenientes. Por eso, siempre aprovechamos este espacio para acercaros algunas recomendaciones útiles. Por ejemplo, no hace mucho, os ofrecimos consejos para el cuidado de los pies durante el invierno. Ahora que nos encontramos ya en la estación más fría del año, te recomendamos que no te pierdas esta lectura.

En lo que se refiere a los pies dormidos, tienes que saber que no existe un motivo único, sino que pueden ser varios factores los que desencadenen esta situación. Por ello, lo ideal será ponerse siempre en manos de un profesional que sea capaz de diagnosticar de manera precisa.

Origen y causas de los pies dormidos

Lo primero de todo es saber que, cuando se nos duermen los pies, se conoce como parestesia y puede ser esa sensación de adormilamiento puntual o que se repita con cierta frecuencia y varias veces a lo largo del día. Es en estos últimos casos, cuando el inconveniente es habitual, cuando nos tenemos que poner en manos de especialistas.

Según la medicina, las dos principales causas que explican este fenómeno son:

  • Una alteración neurológica
  • Problemas relacionados con el sistema circulatorio

Por lo tanto, a la hora de establecer un tratamiento, habrá que detectar cuál de las dos causas es la que motiva esta situación. En caso de estar hablando del sistema nervioso, habrá que determina cuál es la lesión que desencadena la parestesia. Puede ser desde algún inconveniente en los terminales nerviosos hasta la médula espinal.

En el segundo caso, si tuviera un origen en el sistema circulatorio, se debería a una respuesta por un mal flujo sanguíneo con un retorno no adecuado. En estos casos, los pies dormidos pueden venir acompañados por dolor o inflamación.

Eso sí, en muchas ocasiones, podemos estar hablando de un problema de tipo hereditario que se puede prevenir o que el desencadenante sea mantener una mala postura durante largos periodos de tiempo.