pie de trinchera

El pie de trinchera es una lesión por frío y humedad debida a la exposición a bajas temperaturas, sin llegar a la congelación. Puede tener complicaciones graves, por lo que es importante tratarla en fases tempranas.

En este artículo queremos explicarte en qué consiste esta enfermedad y cómo puedes prevenirla. Si quieres saber más sobre podología general, patologías concretas o dónde obtener unas plantillas ortopédicas en Madrid, te encuentras en el lugar adecuado. Somos Podosalud, tu clínica de referencia en la capital, y en este blog te acercamos un poquito más a nuestro trabajo.

¿Qué es el pie de trinchera?

También conocida como pie de inmersión, esta patología fue descrita por primera vez durante la I Guerra Mundial.

Los soldados que permanecían mucho tiempo en las trincheras inundadas de agua, a temperaturas muy bajas, presentaban:

  • Piel enrojecida que se tornaba pálida e hinchada
  • Entumecimiento
  • Ardor
  • Calambres en las piernas
  • Pulso lento o ausente en el pie
  • Ampollas o úlceras que aparecen al cabo de 2 a 7 días

Aunque en la actualidad es poco común, hay muchas personas propensas a padecer esta afección ya sea por:

  1. Su condición física y edad
  2. Las condiciones climáticas del lugar en el que viven
  3. Sus condiciones de trabajo

El principal problema de no tratar el pie de trinchera a tiempo reside en que, si el tejido afectado se ha ablandado en exceso, la infección puede llevar a perder parte del tejido. En casos muy graves incluso puede ser necesaria la amputación.

¿Puedo padecer esta lesión?

Si tu caso se encuentra entre alguno de estos supuestos, deberás extremar la prevención:

  • Trabajadores que usan botas impermeables y cerradas, sin buena ventilación, durante largos periodos de tiempo en condiciones extremas de frío y humedad.
  • Personas con hiperhidrosis (sudoración excesiva) que utilizan calzado de goma o poco transpirable.
  • Personas que viven en condiciones poco saludables, a la intemperie y en lugares con mucho frío y humedad.
  • Trabajadores de alto riesgo como mineros, petroleros, personas que cargan sustancias corrosivas, etc.
  • Trabajadores forestales a mucha altitud, donde la humedad, el frío y el viento dificultan el cuidado de los pies.
  • Deportistas de invierno que practican durante muchas horas continuadas.

Prevención y tratamiento

Como ya sabes, la prevención es el mejor tratamiento. Seguir los consejos del podólogo y cuidar de nuestros pies es la forma idónea de asegurar su salud. En caso de que sientas cualquier molestia, no dudes en acudir a consultar para que pueda valorarlo un profesional autorizado.

Los primeros auxilios para esta afección de la que hablamos hoy son cruciales:

  • Recalentar las zonas afectadas
  • Aliviar el dolor
  • Prevenir la infección o la piel muerta (gangrena)

Lo más importante a la hora de prevenir el pie de inmersión es utilizar calzado y calcetines adecuados, transpirables, adaptados a nuestro pie. Si por cuestiones laborales, u otros motivos, no podemos hacerlo, procuraremos cambiar los calcetines a menudo para eliminar la humedad. Si tenemos la posibilidad de cambiar de calzado durante la jornada, también será de gran ayuda.

Si notas algún indicio de pie de trinchera:

  • Retira los calcetines
  • Lava los pies con agua templada y sécalos muy bien
  • Eleva los pies a la altura del corazón para que vayan recuperando el calor
  • Acude a consulta para que el podólogo valore el estado y gravedad de tus pies y aplique el tratamiento adecuado