espolón calcáneo

El dolor provocado por la fascitis plantar puede confundirse con el del  espolón calcáneo. En este artículo te explicamos cómo distinguirlos.

En Podosalud, uno de los tratamientos por los que más visitas recibimos es el que trata la fascitis plantar mediante operación en Madrid. Para determinar si es necesaria, o si el dolor viene del espolón calcáneo, es imprescindible la actuación del podólogo.

 

¿Fascitis o espolón calcáneo?

El dolor en el talón, conocido como talalgia, es la lesión más frecuente en el pie. Este puede venir por dado por:

  1. Causas neurológicas: derivadas de una lesión o un atrapamiento nervioso. Dicha lesión puede estar ubicada en el propio pie o en niveles superiores como la columna vertebral, transmitiéndose al pie a través de los nervios.
  2. Causas metabólicas: derivadas de enfermedades como gota, diabetes, hipotiroidismo, reuma…
  3. Causas mecánicas: derivadas de un sobreuso en el entrenamiento deportivo o la actividad laboral

El espolón es un crecimiento del hueso del talón en forma triangular, como una lanza. Se produce cuando la fascia (el tejido elástico que une el talón con la zona bajo los dedos) se somete a sobrecarga y se generan microrroturas en su inserción.

Lo que sucede es que esa parte se calcifica, provocando un dolor agudo en el talón que sentimos como si fueran pinchazos.

El espolón puede manifestarse con más frecuencia en personas que:

  • Tienen el pie plano o excesivamente arqueado
  • Sufren sobrepeso
  • Utilizan zapatos muy duros durante demasiado tiempo
  • Practican deportes en superficies muy duras con calzado inadecuado

La sobrecarga de la que hablamos suele producirse por un aumento de la tensión de la fascia plantar. Por ello en muchas ocasiones se confunden ambos términos.

 

¿Cómo diferenciar y tratar estas afecciones?

Mediante la anámnesis y la exploración del paciente en consulta, el podólogo puede determinar de qué patología se trata.

Es muy importante que el equipo que nos atienda esté titulado y autorizado para ejercer, además de que cuente con experiencia y garantías de buena praxis. 

El podólogo realizará un estudio de la historia clínica del paciente, además de tener en cuenta aspectos como:

  • Antecedentes familiares
  • Hábitos alimenticios
  • Tipo de calzado que utiliza
  • Deportes que practica
  • Traumatismos o lesiones anteriores
  • Posibles enfermedades crónicas
  • Tipo de pisada

También es aconsejable una prueba diagnóstica radiológica. Ésta nos mostrará si existe la calcificación en forma de lanza característica del espolón. Si en dicha prueba no aparece esa formación, determinaremos que se trata de fascitis plantar.

Aunque habría que perfilar ciertos matices, podemos decir que el espolón calcáneo es la continuación de una fascitis que se ha mantenido en el tiempo. Ya sabemos que los síntomas son muy parecidos, y es que los tratamientos correspondientes también lo son. El objetivo de ambos es destensar la fascia para disminuir la inflamación y, por lo tanto, el dolor.

Lo más importante en estos casos es la detección temprana de la afección. Es la mejor manera de evitar que el dolor aumente o derive en algo más complicado.